Las orquídeas constituyen una de las familias botánicas más evolucionadas y recientes del reino vegetal, muchas de las especies tropicales de orquídeas son epifitas, viven sobre los troncos de otras plantas, mientras que las orquídeas europeas son terrestres siendo plantas herbáceas vivaces, es decir que su parte subterránea permanece viva durante varios años renovándose la parte aérea cada temporada.
El nombre de orquídea deriva del griego “orchis”, que significa testículo, por el gran parecido que tienen los pseudotubérculos de algunos géneros, las orquídeas han sido consideradas como flores místicas, en la antigua Grecia eran vistas como un símbolo de virilidad, mientras que en algunos pueblos primitivos eran utilizadas con fines medicinales.
Las orquídeas que habitan nuestro entorno son plantas herbáceas vivaces, cuyos órganos subterráneos formados por rizomas o pseudotubérculos permanecen vivos varios años, mientras que la parte aérea se renueva anualmente.
La mayoría de las especies de orquídeas presentan polinización entomógama, por lo que precisan de la ayuda de insectos para polinizarse, para ello han recurrido a sofisticados mecanismos como es la imitación de diferentes insectos como avispas, abejas y abejorros, llegando incluso a producir aromas de atracción sexual específicos de las especies a las que imitan.
Para que una orquídea pueda desarrollarse, es imprescindible la presencia en el suelo de un hongo al que la semilla de la orquídea pueda asociarse, con esta simbiosis se forma el microrizoma, órgano que pasa varios años enterrado hasta que comienza a emitir pequeñas raíces y después hojas.
Extremadura cuenta con especies y variedades endémicas únicas y exclusivas de nuestra región. Es importante que estas especies no desaparezcan ya que representan un patrimonio genético universal y resultan de gran interés desde el punto de vista ecológico, científico y cultural. En nuestra zona podemos encontrar orquídeas en diferentes ecosistemas, desde la dehesa, pasando por el matorral, los pastos y en las zonas calizas, estas flores son un tesoro de nuestra flora, por la belleza y exuberancia, también suponen un índice de conservación de nuestros ecosistemas.
A partir de febrero y hasta mayo cuando realicemos una actividad en el campo, pasear, coger espárragos, hacer senderismo, podemos empezar a observar nuestra rica flora, así empezaremos a descubrir a las orquídeas, recordando siempre que no debemos arrancarlas, mucho mejor hacerle una foto y la conservaremos en nuestro poder para siempre.
Muchas orquídeas extremeñas se encuentran amenazadas, las principales causas que afectan a su supervivencia son aquellas acciones que dañan sus hábitats, como explotaciones agrícolas, canteras, el uso de herbicidas en cultivos, olivares y cunetas. Otro factor de amenaza es la recolección indiscriminada de ejemplares en el campo, la espectacular belleza de la orquídea desaparece poco después de ser cortada por lo que se recomienda el disfrute de ella mediante la contemplación directa en el campo y la fotografía, de manera que pueda seguir en su medio, completando su ciclo vital y permitiéndonos disfrutar los próximos años de su presencia.
Algunos de los espacios recomendado para observar algunas de nuestras orquídeas en el entorno de Higuera de Vargas son las Viñas, la sierra de Mampolín y del Coto, la Encinosa, así como en la ribera del Alcarrache, donde podemos disfrutar de gran número de especies de estas bellas y exuberantes plantas.
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